Blind Spots

2022

CEGUERA INDUCIDA

La vulnerabilidad de crecer en la ceguera forma parte del rito de compartir este mundo. Muchas de las elecciones que constituyen las primeras bases de nuestro comportamiento son inducidas por el entorno en el que crecemos. Existe la carga de una herencia que se inculca a cada persona recién nacida, criándola en valores locales que le instauran una serie de mecanismos con los que sobrevivir ante su espacio primigenio. El cuerpo y la mente se ven asaltados por una infinidad de leyes, escritas y no escritas, que con-figuran todo un modo de ver. Las miradas con las que nos educamos nos permiten ir tejiendo conexiones sociales con las que identificarnos y sentirnos parte de ese conglomerado. Un lugar que no hemos elegido, unas personas que no hemos consultado y un imaginario cultural que nos sobrepasa con creces. Se van generando puntos ciegos que nos permiten convivir con las contradicciones que nos rodean, guardias ante la amenaza de eliminarnos del tablero que se nos ha asignado. No hay crítica, solo resignación, no se conoce nada más allá de esos muros. Las estructuras se van haciendo cada vez más rígidas según pasa el tiempo y depende de cada quien el seguir asociándose a estas, a discutir todo el código que representamos. Somos intérpretes en un escenario repleto de espectadores que juzgan cada movimiento y nos vemos en la obligación de evaluar el del resto: la permanencia de la ley. ¿Cómo juzgar el entorno natural si nacemos en un abarrotado paraje nombrado como ciudad?

(Enlace al artículo en la Revista Artilugio nº 8)